jueves, 1 de abril de 2010

India (X) Y no es nada porno...

Hemos hecho las maletas y pagado el guest house, todo bien, nos han cobrado el precio acordado. Con la gente que hemos conocido nos hemos ido a desayunar a uno de los sitios pijos de la ciudad (es pa verlo...) y luego de compritas por las callejuelas. He comprado pan, así podremos comernos el embutido que me traje de España (paquetitos de 100 gramos envasados al vacío de jamón serrano, lomo, salami, salchichón y cecina, que no se estropea).
Cargadas con las mochilas, las calles empinadas, con escaleras, pero con sombra, se hacen llevaderas, son casi una bendición, el calor se hace insoportable a partir de las 12, a esa hora, si vamos por los gaths, nos morimos de algo (bueno, tendríamos cerca la zona de cremaciones). Llegamos por fin a la zona de las calles mas anchas, donde están todos los conductores de rickshaw esperando y ofreciéndote sus servicios. Los unicos rickshaw oficiales son los verdes y amarillos, los otros son piratillas y probablemente mas caros. En esa zona, solo conseguíamos que nos llevaran por 80 rupias a la estación, me la parecido muy caro, los conductores farfullaban ingles y les logre entender algo de 20 rupias de mas a la policía, y algo del trafico. No se, nosotras seguimos andando hasta donde nos había dejado el taxi del primer día, y allí, ya había muchos mas rickshaw esperando, posiblemente, por alguna razón a los rickshaw que entran ahí, tienen que pagar una tasa de 20 rupias, porque luego conseguimos que nos llevaran por 50.

Por la mañana habíamos estado haciéndonos fotos con un simpático conductor que decia que el autorickshaw que el conducía era el “indian helicopter”. Allí estaba aun, entre una horda de conductores que nos acosaban para llevarnos. Nos reconocimos mutuamente y le llame “My friend”, si les caes simpático es mas sencillo conseguir el precio que tu quieres, aun así, le he tenido que dejar claro que le daba 50 rupias por dejarnos en la estación Varanasi Junction, a las dos, y las maletas, nada de 10 rupis mas por el equipaje. Ha quedado claro. En el trayecto casi morimos, he pasado miedo, conducía como un loco, de hecho, ha atropellado a alguien con una bici, pero ni siquiera ha pedido perdón ni se ha bajado a ver que habia pasado, los indios son así. Con respecto a eso, el día que fuimos al concierto, una niña nos acompaño, porque si no hubiera sido imposible encontrarlo. La niña llevaba 2 globos. Un hombre pasó a su lado, fumando, y al subir su mano para ir a fumar, le ha explotado el globo, y ha seguido su camino sin mirar si quiera a la niña, la cual, ni se ha inmutado tampoco, seguro que cuando crezca será una de esas indias que te empujan porque estás en medio del camino que ellas quieren coger.

Llegamos a Varanasi Junction, my friend, of course, quiso sacarnos más dinero, aquí te ven con cara de dólar y usan varias técnicas, o te dan pena con su familia o te dicen que el cliente anterior les ha dado más, ni caso, le dije que era lo acordado, y que yo en mi país era pobre, que no podía pagar más, my friend. La estación es caótica, llena de gente en el suelo esperando su tren, de largas colas para comprar billete, sin aire acondicionado, al menos hay paneles grandes gracias a los cuales sabes cuál es tu tren. Alejándonos del mundanal ruido, nos hemos ido al pasillo donde se encuentran las “Resting rooms”, una especie de barracones con camas, para la gente que quiere esperar ahí su tren, evidentemente, no es gratis. Nos sentamos allí en el suelo, alejadas de las hordas de indios, y el encargado del sitio me vino a decir que no podíamos estar ahí, que teníamos que pagar, así que, muy seria le dije que yo pagaría si estuviera en una cama de dentro, pero que en el pasillo podia estar perfectamente. Me vió mi cara de enfado y se fue sin rechistar, aquí te sacan dinero de todas partes. Nuestro tren salía del andén 8, es un poco caótico buscarlo, los carteles son pequeños, pero bueno, intentamos preguntar y dimos con el correcto. Luego buscamos el vagón en el que íbamos, venía especificado en el billete. Un chico vestido de uniforme nos ayudó, parecía un revisor, y nos acomodó en nuestros asientos, que son unas literas para echarte. Se puso a charlar con nosotras, vinieron 6 indios más y de repente, cuando estaban tranquilos hablando con nosotras, salieron escopetados, el chico se despidió diciendo que es que su tren se estaba yendo.....Lourdes y yo no pudimos más que reirnos.

En el tren pasan vendiendo comida, te, y agua, así que no hay problema. Los baños no están tan mal como cabría esperarse. Hay tres literas por columna y otras dos en perpendicular que dan a un lateral del tren, ya subiré una foto. Supuestamente es mejor elegir la litera de arriba, nosotras teníamos la de abajo, porque te puedes echar cuando quieras, si no, tienes que esperar a que tus compañeros de viaje se quieran echar, a no ser, como nosotras, que llegues la primera y cojas ya posición horizontal hasta el final del trayecto, como fue mi caso.

El revisor vino, confirmando que nuestros billetes eran para ese sitio, menos mal, porque luego, un matrimonio anciano (y agresivo) indio, decía que era su sitio, yo estaba muy tranquila porque sabía que no tenían razón.

Algún indio se puso a hablar con nosotras, son muy curiosos, te preguntan la edad, de qué país eres, si estás casada, por qué no estás casada. Lourdes y yo decimos que somos hermanas, eso elimina muchas otras preguntas. Un tío nos ha dado su número de teléfono incluso.

Por la mañana yo ya estaba atenta de cuando llegáramos a Agra, hay dos estaciones, pero yo por si acaso, me bajé en la primera. Y de nuevo luchar contra los conductores, puede llegar a ser cansado mentalmente, hay que tomárselo con humor, unos te gritan, otros te persiguen de forma incansable, pero al final acabas eligiendo tu, y poniendo tu precio. Hemos descubierto, que si el precio es demasiado bajo para ellos, no lo hacen, así que ya, a partir de ahí tienes una referencia de lo que puedes pedir.

Hemos llegado bien al barrio del taj gang, encontrado hotel, también hemos regateado y dejado las cosas. Nos hemos ido a ver el Taj Mahal lo primero, no había nada de cola, eran las 9 de la mañana. Ha sido impresionante verlo, es más grande de lo que creía. El precio para extranjeros es muchísimo mayor que para los indios. Hemos hecho muchas fotos. Tiene una seguridad enorme, no te dejan meter nada raro, no hemos podido ni meter a Cone...

Al salir, hemos acordado con dos conductores de ciclorickshaw que nos dieran un tour por los monumentos, no nos han dicho precio...a mi me ha mosqueado, nos han dicho que lo que nosotras consideráramos...si, ya....pero bueno, nos han llevado a ver el Baby taj mahal, a dar un paseo, y al fuerte de Agra, todo precioso. Nos han dejado cerca del hotel, el tío me pedia 20 euros, o dólares, jajajaja, he mirado en la guía, y pone que para un tour de medio día, no pagar más de 150 rupias. Estaban enfadados porque nos habíamos negado en rotundo a entrar a su tienda, por eso nos pedían más pasta, como no habíamos comprado antes...He sacado 300 rupias, 150 mías y 150 de Lourdes, les he dicho que se lo repartieran, que no iba a darles más, que lo cogían o lo dejaban. Evidentemente lo han cogido. Sabían perfectamente que era un dinero mucho más que justo. A veces hay que ponerse muy duro, pero sin llegar a ser desagradable, siempre con una sonrisa en la boca. Igual que el tendero que me quería vender una botella de agua por 20 rupis cuando en precio marcado eran 14, pues cómo se ha puesto muy pesado le he dicho que se quedara con la botella, pero al ver que me iba, me la ha vendido por el precio correcto, no hay que desesperarse e intentar tomárselo como un juego divertido, total, siempre ganas tu.

Ahora vamos a ver el taj mahal al atardecer....

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