miércoles, 14 de abril de 2010

India (XX)

El Rajasthan con aire acondicionado puede ser maravilloso. Fue una gran decision pasarnos a la habitacion del aire, dormimos muchisimo mejor y al dia siguiente estábamos muy descansadas.
Ajay, el amigo de Raquel, ha venido también a Jodphur, hemos quedado en que su rickshaw man de confianza viniera a buscarnos a las 9 de la mañana, y luego a él, sobre las 9.30, pero amigos...”indian time”....aquí lo de ser puntuales debe ser una cualidad excepcional (no puedo decir que todos los indios sean así porque nuestro conductor en Jaipur, Raffik, era superpuntual), eran las 9.30 y ni rastro del chico. Debió llegar como a las 10, pero lo mejor no fue eso, lo mejor es que cuando llegamos a la habitación del hotel de Ajay, se iba a duchar.....con lo que a mi me gusta la puntualidad, tuve que hacer respiraciones varias para no alterarme, porque además, aún no había desayunado, y yo sin comer soy como un critter. Miré la carta de desayuno del hotel, pero no me gustaba nada, me pedí un zumo de naranja y mientras me lo hacían, me fui a una tienda de al lado a comprar algo para desayunar “no spicy”, y ¿sabeis que es eso de que por un oido me entra y por el otro me sale?, pues me comí un sandwich picante que te cagas, mientras aun no estaba mi zumo (es que son así), y como 10 minutos después de haberme terminado el sandwich (aproximadamente media hora después de haber pedido el zumo) me lo trajeron, y bueno, las naranjas de aquí son bastante insípidas, y el zumo estaba caliente, pero no pasa nada....respiré de nuevo....calma....shanti....
Ajay ya por fin se maqueó, con el rickshaw man fuimos a hacer un tour por la ciudad: primero nos llevó al palacio de la ciudad (es un palacio de principios de siglo, bastante nuevo, con un pequeño museo sobre lo “Mucho que mola nuestro marajá de, en este caso, Jodhpur”), unos jardines con unos templos muy chulos y monos que te roban la cartera (a nosotras no) y finalmente a un cenotafio inmenso de mármol blanco que había cerca del fuerte.

Fuimos a comer, y luego a ducharnos, porque con lo que habíamos sudado toda la mañana, necesitaba asearme (again). Quedamos por la tarde otra vez con el mismo rickshaw, que nos dijo que nos iba a llevar a un lago muy chulo donde hacían paseos en barco...Mi mente pensó que iba a ir a un lago, a la hora de la puesta de sol, a remar tranquilamente...pero el paseo resultó ser una barca motora compartida con otros 5 machotes indios que hizo una ida de 5 minutos, y la vuelta, de 5 minutos, en un lago la mar de aburrido....

A la vuelta del lago, encontramos una feria de la ciudad y decidimos ir a echar un vistazo. Pagamos al rickshaw man, y entramos en la feria, era una feria de muestras normal, un mercadillo grande y con atracciones. Nos subimos a una noria, yo estaba malisima por la altura...Compramos pan para el día siguiente, y resultó que el puesto donde queríamos comprar el pan no vendian el pan, sino que era un restaurante y nosotras queríamos comprarle el pan con el que hacían sus hamburguesas....fliparon un poco, pero nos lo vendieron. Enconté por fin el regalo ideal para mi padre, al que nunca le gusta nada: un rascador de espalda!!!le va a encantar. También encontré un símbolo para atraer la buena suerte del Feng Shui que ya subiré la foto...es el escudo de Dharma, jajaja.

Después de la feria, pasamos por el hotel de Ajay de nuevo, yo fui a llamar a España, pero no hubo forma, llevaba todo el día intentando llamar, y nada, así que entre unas cosas y otras me agarré un tremendo mosqueo, para nada, porque al final no pude llamar, así que me tuve que aguantar....


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Al día siguiente habíamos quedado con Ajay para desayunar....efectivamente llegó una hora tarde...así que a la media hora de esperarle le dije a Lourdes que yo me iba pirando hacia el sitio de desayunar....Tenía tanta hambre que me comí dos sandwiches de queso y tomate (que gran descubrimiento, oigan)

Luego estuvimos el resto de la mañana paseando por el bazar, de compritas varias, hasta que llegó la hora de que Ajay cogiera su tren. Le acompañamos hasta la estación, y resultó que los de su hotel le había dicho una hora, pero en el billete ponía que el tren era media hora antes, así que llegaba tarde...(finalmente perdió el tren, no se qué habrá pasado pero creo que tuvo que coger un taxi para intentar alcanzar el tren, pero lo volvió a perder, así que creo que tuvo que volver a Jodhpur para coger otro tren a Bombay....).

Nosotras nos volvimos a la guest house, comimos algo, le pagamos a la dueña y nos fuimos a la estación. Mientras esperábamos a entrar en el tren, de repente veo que en nuestro vagón un grupo de Hare Khrisnas estan poniendo mogollón de collares de flores colgados en las ventanas y veo que con nosotras viajan otros Hare Khrisnas, así que me rio porque me hace gracia la forma en que el grupo le desea buen viaje a sus compañeros y rezan por ellos para que lleguen bien a su destino, mola porque así yo, que viajo en el mismo vagón, llego igual de bien.

Esta vez hemos cogido la cama de arriba del todo, mi carrom cabe perfectamente, así que todo bien. El tren arranca a las 19.30. A eso de las 21h todo el mundo empezó a sacar su cena, todos a la vez, es increíble lo que se organizan para algunas cosas y lo que desorganizan para otras, así que yo también me saqué el pan que compramos en la feria y cecina de león, que me supo a gloria. Luego me eché a dormir hasta Delhi, me dormi tranquila ya que era la última parada.

La llegada a Delhi fue bien, caótica, igual que las otras, pero no tan agobiante como la de Jaipur. Fuimos directamente a coger un rickshaw de prepago, es la mejor forma de orientarte en el precio. Nos llevó a un hostel que una chica australiana nos había recomendado en Jodhpur, en el barrio de Pahargang, un barrio turístico, lleno de tiendas para comprar, nos cobró 65 rupias, por llevar dos maletas grandes.

El hotel, el Anoop Guest House, resultó estar muy bien, 700 rupias por habitación limpia, chula, con tele y aire acondicionado, para lo caro que es Delhi, es toda una hazaña. Nos hemos duchado, porque no querrais saber la mierda que hay en los trenes indios, y hemos ido a ver vieja Delhi: el fuerte rojo, un templo jainista que tiene un hospital para aves, y unos mercados que hay por ahí.

Ahora nos hemos vuelto a duchar, porque en 7 horas me he ensuciado más que si hubiera estado jugando en el barro todo un día, e iremos a comer algo.

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