domingo, 11 de abril de 2010

India (XVIII)

Volvimos al hotel tras un largo paseo por alrededor del lago, estaba casi seco, aunque Hussein nos habia enseñado fotos en las que aparecía aun más seco, parece increíble. En el camino de vuelta al hotel pasamos por el Buddha Café, allí estaba Tarum, arreglando una decoración de una lámpara, nos despedimos de él y le dije que era buen chico, que cuidara los amigos con los que se juntaba. Me ha caído muy bien este chico. De vuelta al hotel también nos encontramos con Ammu, que venía en moto. En el hotel nos tomamos la última coca cola mientras mirábamos el lago.

Con las maletas, salimos en dirección al puente, en busca de un rickshaw que nos llevara a la estación. No había ninguno disponible, cosa rara, pero solo tuvimos que andar un poquillo más. Habíamos preguntado a Hussein el precio de un rickshaw a la estación, un buen consejo es preguntar a los dueños del hotel donde te quedas cuánto valen las cosas, ellos sabrán mejor que tu orientarte en el precio. El hombre nos pedía 70 rupias, pero claro, yo le dije que 50, y que ese era el precio adecuado, accedió a llevarnos como a regañadientes mientras (no hablaba inglés) farfullaba intentando preguntar por nuestros maridos, era de noche, y de noche, una mujer en india no suele viajar sola.

Nos dejó en la estación de buses, allí preguntamos, enseñando el resguardo que Hussein nos había dado del bus, el señor me dijo que eso no era aquí, que era un autobús de una empresa privada, que los públicos no tenían litera, que tençiamos que cruzar la calle y allí estarían todas las agencias. Y efectivamente, al principio me costó un poco encontrarlo, pero no hay nada mejor que preguntar. Eran casi las 9 y el señor de la agencia nos dijo que esperáramos allí. Una pareja y nosotras eramos los único extranjeros. Pasadas las 9, justo en ese momento me había empezado a hacer un pequeño bocadillo porque tenía hambre, nos llevaron hasta el lugar donde tienen los autobuses, nuestras maletas las metieron en la parte de atrás del autobus, junto con la rueda de repuesto y nos subimos, tenía curiosidad por ver cómo era un bus con literas.

Tienen asientos normales solo que la parte de arriba, en vez de tener el sitio de dejar las maletas, como en un autobus normal, el techo de los laterales, que es donde van las literas, es más bajo, para meter las cabinitas de las mismas. Son cubículos bastante amplios (yo cabía sentada y de ancho tendría como 100 cm, no me pareció para nada agobiante, además que son muy pocas literas, yo conté 8, y son dobles. Al principio pensé que cada persona de las literas tendría un asiento debajo, por si en un momento dado quieres sentarte, pero de que se empezó a subir gente, vi que cada uno tenía su sitito, así que rápidamente me encaramé a la litera, dejándome, eso si, un trocito de piel de mi espinilla en el intento (entre picaduras y rozaduras, tengo las piernas hechas un verbena).

Yo, como siempre, me quedé dormida enseguida, ni siquiera me enteré de que habíamos hecho una parada de una media hora. Luego ya me desperté y ví que estaba el autobus lleno de sacos, no se muy bien de qué, pero que manchaban mogollón (tengo la teoría de que la India es un país limpio, pero que importan sacos de polvo y tierra pa mancharla, solo por estética). Hicimos otra parada, Lourdes preguntó por el baño, pero vamos, tuvimos que buscar el baño-fashion detrás de unos camiones. A mi me resultó muy molesto que todos los machotes indios no pararan de mirarnos (uuu...unas chicas viajando solas de noche....sin maridos....). Intenté comprár coca cola, pero el tipo me quería cobrar más de lo que venía marcado en la botella, así que no hubo manera. Cuando subía la bus, un hombre había decidido que el suelo del bus era un sitio genial para echarse a dormir, pero otro grupo de machotes indios decidió que no, así que le levantaron. Abrí la ventana y ví el desierto, lleno de arbustos, la carretera e un poco de hormigón de doble sentido, donde cada vez que nos cruzábamos con otro bus (y habían sido muchas) nos teníamos que retirar de ella y que luego un hombre bajara para ayudar al conductor ha hacer la maniobra de vuelta a la “carretera”. Os podeis imaginar la cantidad de vaivenes...Lo bonito es que las estrellas eran las más brillantes que yo he visto en mi vida.
Llegamos por fin a Jodhpur, un hombre nos avisó a todos los turistas y nosotros preguntamos si era el City Centre, para asegurarnos y si. Sacó nuestras maletas del bus, os podéis imaginar cómo iban, junto con los sacos esos de polvo, mi maleta creo que nunca recuperará su color negro....

Puede preocupar un poco llegar a una ciudad que no conoces a las 5 de la mañana (siempre es mejor eso que llegar a las 10 de la noche, al fin y al cabo, lo peor que te puede pasar es esperar una hora a que amanezca y empezar a buscar alojamiento, siempre hemos procurado llegar de madrugada o de día a las ciudades), pero la parada estaba llena de rickshaws, uno nos llevó a la zona de la torre del reloj por 30 rupias, los rickshaws de jodhpur son más alargados que los de otras ciudades. Nada más bajar del coche, una señora que venía en moto con su hijo nos dijo que tenía una guest house, que si queríamos verla, era nuestra única opcíón, de lo malo, si no nos gusta, pues nos iriamos a la mañana siguiente. El sitio resultó ser chulo, la señora tiene un cuadernito de esos tan típicos de la gente que escribe recomendando el sitio en diferentes idiomas y era su propia casa, solo que tiene habitaciones.

Lourdes se duchó, o lo intentó porque se quedó sin agua...pero yo me quedé dormida enseguida, un par de horillas más.

Cuando me desperté bajamos a decirle a la señora que no había agua, lo solucionó enseguida. Me duché e intenté lavar mi ropa, pero creo que hasta que no llegue a casa no voy a tener mi ropa completamente limpia....o eso, o la fumigaré o quemaré cuando llegue a Madrid. Lourdes la deja a lavar, pero es que ella lleva vaqueros, y mi ropa es facil de llevar y lavar, y no me importa que se me estropee, es ropa de batalla.

Hemos visto un poquillo el mercado de la ciudad, he encontrado un sitio donde venden Carroms, no se cuál comprar, si el pequeño o el mediano, el problema es que el pequeño es muy aburrido porque no tienes sitio para golpear las fichas, creo que me voy a arriesgar y a pillar el mediano. También he comprado especias picantes para mi abuela y mi padre, que les gusta el picante, y creo que es mejor regalo ese que no llevarles un “pongo” (osea, por ejemplo, una figurita horrible de esas que la persona a la que se la regalas piensa “y esto dónde lo pongo”)

Por la tarde hemos intentando salir, pero los indios son mu pesaos, aquí son muy ruidosos, así que nos hemos ido a que la señora de la guest house nos dejara ver cómo preparaba la comida, ha sido divertido, creo que en mi vida me falta un wok. Hemos cenado, me he comido un helado, y mi humor inmediatamente cambia a mejor cuando como, soy así de simple. Estamos en una terraza estupenda con vistas al fuerte y me he puesto a escribir mientras escuchaba a los Beatles.

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Esta magnana nos hemos levantado como con una capa de cemento armado, no hemos dormido nada bien, en parte por el calor, asi que hemos decidido cambiarnos a una habitacion con aire acondicionado.

Hemos desayunado, la duegna nos ha hecho el desayuno, es jainista, asi que no hay nada en el menu que sea de origen animal, bueno, excepto el queso. Hemos ido al fuerte de Jodhpur, al principio pensamos ir andando, pero es imposible, asi que hemos negociado con un rickshaw, 50 rupis. El fuerte es precioso, enorme, y te daban una audioguia con la entrada.

Ahora nos hemos vuelto a dormir un rato la siesta y a cambiar nuestras cosas a la habitacion de aire acondicionado.

2 comentarios:

  1. Me ha encantado el post. Mu detallado, mu nómada. Creo que cuando volváis a Madrid no os vamos a conocer... por la mierda.

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  2. Jajaja si, yo también creo que les van a cobrar un suplemento en el avión de vuelta por la cantidad de polvo que van a traer encima.

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